ìRevelan nexo narco-f˙tbolî, titulÛ a toda p·gina El Norte,
periÛdico de Monterrey (11 octubre 2003). El colombiano
Jorge Mario RÌos Laverde habÌa expresado, a efectos migratorios, ser el vicepresidente de la empresa Sport Sociedad
AnÛnima de Capital Variable. La razÛn social de la empresa
era la representaciÛn de futbolistas. Meses despuÈs fue detenido y extraditado a los Estados Unidos por comerciar con
cocaÌna.
Ya en los Estados Unidos, RÌos Laverde se explayÛ sobre su
relaciÛn con el f˙tbol. DeclarÛ que fue instrumental en el
traspaso del mediocampista colombiano Carlos Enrique
GutiÈrrez Ortega. En 2002 pasÛ del AtlÈtico Nacional de
MedellÌn al Necaxa de la ciudad de MÈxico. Hoy GutiÈrrez
Ortega vende sus cualidades futbolÌsticas a los Lagartos de
Tabasco, en el Caribe.
AÒadiÛ RÌos Laverde que su domicilio laboral en MÈxico
era la empresa Promotora Internacional Fut Soccer. El propietario es el mexicano Guillermo Lara. …ste ha estado relacionado con una carrera asuntos turbios en el mundo futbolÌstico mexicano. Hasta ahora sus manejos no incluÌan una
relaciÛn con el comercio de drogas. El promotor futbolÌstico, no obstante, negÛ conocer a RÌos Laverde.
Lara fue representante del defensa colombiano Carlos £lvarez Maya. Al jugador retirado del Necaxa lo detuvieron en
julio de 2003 en el aeropuerto de la ciudad de MÈxico. PretendÌa volar hacia Bogot· con un millÛn de dÛlares en su
maleta. Ese dineral, seg˙n los informes oficiales, estaba
destinado al pago de un cargamento de cocaÌna.
Lo oblicuo de estas relaciones no vienen sino a ratificar una
evidencia. En MÈxico la relaciÛn entre f˙tbol y comercio de
drogas ha sido tangencial. Bastante m·s marginal de lo que
podrÌa preverse del potencial econÛmico del segundo y de la
popularidad del primero.
Fuera de los lavabos y los palcos, quien m·s cerca ha estado
de escenificar una uniÛn m·s intensa fue el acaudalado y
afamado empresarios de drogas Amado Carrillo Fuentes. En
1996 tratÛ de comprar el estadio de f˙tbol Corregidora, en la
ciudad central de QuerÈtaro. OfreciÛ al gobierno estatal,
propietario del coliseo, 25 millones de dÛlares al contado
por el estado y 10 millones m·s por 20 hect·reas adyacentes. Queda el aire imaginar para quÈ querÌa Carrillo Fuentes
un estadio de f˙tbol en el que por entonces no se celebraban
partidos oficiales.
Con menos Ìnfulas, Pedro Lupercio Serratos, exportador de
drogas de Guadalajara, fue propietario del equipo Los Delfines de Puerto Vallarta, el centro turÌstico del PacÌfico. Tan
poca atenciÛn financiera y personal le prestÛ al equipo que
se vio sumido en una crisis de resultados que desembocÛ en
su desapariciÛn.
M·s modesto a˙n, Luis Ignacio Amezcua Contreras, exportador de metanfetaminas, financiaba un equipo de f˙tbol en
el Reclusorio Preventivo Sur de la ciudad de MÈxico. Les
recompensaba sus victorias con gratificaciones. El industrial
de las drogas RamÛn Alcides MagaÒa se contentÛ con financiar la construcciÛn de un humildÌsimo campo de f˙tbol
en su pueblo natal, Punta Brava, en el estado caribeÒo de
Tabasco. Rolando LÛpez Salinas era propietario de un rancho en el estado fronterizo de Tamaulipas con campo de
f˙tbol incorporado.
A Armando Valencia Cornejo, exportador de marihuana, lo
detuvieron en un restaurante. Visionaba un partido de f˙tbol
entre los combinados nacionales de MÈxico y Colombia.
Pistas de aterrizaje para aviones cargados con droga son
camufladas como campos de f˙tbol. Varios ejecutados por
asuntos de drogas han sido abandonados en canchas de f˙tbol.
En la casa de Puebla donde detuvieron a BenjamÌn Arellano
FÈlix, buen aficionado al f˙tbol en su adolescencia de Guadalajara, se encontrÛ un balÛn de f˙tbol con el emblema del
club capitalino Cruz Azul. En entrevista se declararÌa inocuo
seguidor de la selecciÛn brasileÒa. Una camiseta de Cruz
Azul la lucÌa un acompaÒante del ex gobernador del estado
caribeÒo de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, en el
momento de ser detenido por protecciÛn a empresarios de
drogas.
Relaciones menores, en todo caso. Muy menores cuando se
comparan con otras experiencias internacionales. Sin ir m·s
lejos, este mismo mes la PolicÌa Nacional de Nicaragua
detenÌa al colombiano Guillermo Anaya —ungo. Este exportador de cocaÌna aportaba mil dÛlares mensuales al devengo de salarios de los jugadores del San Marcos, equipo
de la modestÌsima primera divisiÛn nicarag¸ense.
Pero si en alg˙n lugar ha existido cohabitaciÛn entre el f˙tbol y el comercio de drogas ha sido Colombia. Hay un periodo de la historia futbolÌstica del paÌs andino, entre finales
de los ochenta y principios de los noventa, que no puede
entenderse sin el combustible del comercio de drogas.
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